Por Romina Ayré
La situación de los residuos que arrojan los ciudadanos a diario en el Gran Buenos Aires se mide en toneladas, va en aumento y es una de las causas de emisión de gases con efecto invernadero.
La Provincia de Buenos Aires, territorio de amplia extensión y de una creciente densidad de población, se ve afectada por las pocas alternativas de destino final de los residuos sólidos urbanos (RSU), aquellos generados por las actividades domésticas y comerciales.
El problema se debe a que los rellenos sanitarios adonde se envían se encuentran cada vez más saturados. Los municipios vinculados a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), ubicado en la Provincia de Buenos Aires, tenían luego de 2006 la opción de diseñar su propio sistema de disposición final. Sin embargo pocos son los que han optado por alternativas al CEAMSE.
Pero este problema es compartido, ya que, al igual que la Provincia, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se enfrenta con el mismo problema y hace uso del predio del CEAMSE aún con las medidas de implementación de la Ley 1.854 de “Basura Cero” orientada a la eliminación progresiva de los rellenos sanitarios. Las medidas van desde la separación en origen de los residuos hasta el cobro por enterrar y tratar los residuos a productores de más de una tonelada diaria como shoppings, hoteles de cuatro y cinco estrellas, supermercados, bancos y edificios con más de 40 unidades.
Actualmente extraemos recursos naturales del planeta incesantemente para fabricar objetos que luego de ser utilizados llegan a los basurales, rellenos sanitarios o incineradores, muchas veces sin distinción alguna, contaminando de esta manera el ambiente. El metano y el dióxido de carbono son gases de efecto invernadero y son las principales emisiones de los rellenos donde se entierran nuestros residuos. Las consecuencias son la contaminación, la degradación y enfermedades en la población. Los efectos de la disposición final de los residuos sólidos obligan a repensar la gestión la problemática.
La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), es una de las organizaciones líderes en investigación y protección ecológica en nuestro país. Para la directora de política ambiental de esta institución, Dolores Duverges “el enterramiento indiscriminado y masivo de los RSU en rellenos sanitarios fue la solución “mágica” que los distintos gobiernos tomaron con relación al tratamiento de la basura, sin perjuicio del espíritu contrario de leyes sancionadas en los últimos años, tales como la Ley porteña Nº1.854 y la Ley bonaerense Nº13.592, que los obligaba a adoptar cambios radicales en la gestión”.
La situación se debate entre lo que pueden hacer los distintos actores frente a este asunto. Carlos Amanquez, coordinador del área de comunicaciones de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático(RAMCC) participó en 2014 en la elaboración de un informe en el que se realizó un análisis comparativo, para un período de diez años, de la situación de los municipios bonaerenses y los resultados fueron poco esperanzadores. Señala que sólo 40 municipios bonaerenses cuentan con estrategias de tratamiento de residuos, ya sean de clasificación o separación en destino. Y son muchos los que aún se encuentran incumpliendo la legislación porque el resto de los municipios (casi la mitad del territorio provincial) sigue depositando sus residuos en basurales a cielo abierto.
Amanquez afirma, en cuanto a la realidad de los municipios, que: “los recursos son muy escasos y el tratamiento de los residuos, tanto en lo que es transporte, como disposición final es altamente costoso, entonces a un gobierno local le cuesta mucho sostener una infraestructura o una campaña adecuada para una buena gestión de los residuos”. Asimismo explica que cuando los municipios no pueden armar un plan de gestión, debe intervenir el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) para hacer cumplir las leyes que sostienen las políticas ambientales en la Provincia de Buenos Aires, así como para colaborar con los municipios que no puedan elaborar sus planes. Sin embargo este accionar no se cumple en la realidad concreta.
Las alternativas
El reciclado de los materiales contenidos en los residuos sólidos urbanos contribuye a disminuir los gases de efecto invernadero debido al menor consumo de materias primas y recursos energéticos que esta práctica permite y que ya se practican en otras regiones del mundo como Dinamarca o Nueva Zelanda a través del programa “Basura cero”. Estos programas se orientan no solamente al tratamiento y el reciclaje sino también al diseño de los productos de modo que tengan una vida útil más larga y se produzcan con materiales no tóxicos y reciclables. De esta manera, no sólo se piensa en la solución a un problema sino en su origen.
Duverges
afirmó que “la disposición masiva de residuos ya no representa una solución
sustentable, siendo la tendencia mundial considerar a los RSU como un
recurso del que se pueden extraer nuevos materiales para el reciclado,
cuidando de esta manera nuestro ambiente y sus recursos.” Por otra parte
señaló que “la adopción de este nuevo enfoque reduce el impacto de
las grandes ciudades sobre el ambiente y la salud de las personas,
resultando la aprehensión de este nuevo paradigma el desafío que las
autoridades públicas deben cristalizar, tanto en lo que hace en las
políticas públicas a desarrollar como a la concientización y educación de
la sociedad”.
El
gobierno nacional ha financiado al menos treinta plantas de separación de
residuos o de tratamiento a municipios de la provincia de las cuales alrededor
de veinte aun no se encuentran en funcionamiento. Algunos municipios consideran
que con el aporte económico para una planta el problema está solucionado. Desde
la red de municipios, en cambio, se propone la participación ciudadana y de las
instituciones en el tema de residuos, considerando que la participación debe
ser de todos los actores de la comunidad.
Según Amanquez: “La
clave está en la decisión municipal. Si hay un intendente comprometido con el
tema y se involucra, los resultados siempre van a ser buenos”. Y subrayó:
“generalmente el tema de residuos no lo ven como una oportunidad sino como una
amenaza y entonces lo primero que hacen es tratar de tapar este problema con
diferentes acciones, por ejemplo la planta de residuos que para municipios
pequeños no tiene sentido hacerla”. Entre aciertos y errores aún queda mucho
por hacer, la tarea es informarse para actuar ante estos temas de la mejor
manera posible.
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